En la antigüedad un barbero era uno de los miembros más importantes de las tribus ya que se creía que ciertos espíritus malignos eran capaces de entrar en el cuerpo de una persona a través del pelo y que el cortarlo adecuadamente era una manera de expulsarlos.
Algunas culturas tenían creencias espirituales y religiosas donde los barberos participaban en ceremonias como matrimonios y bautizos cortando a las personas el cabello que colgaba hacia abajo y al atarlo de nuevo con fuerza evitaban que los malos espíritus no pudieran entrar, asegurándoles prosperidad y felicidad. En la cultura egipcia los barberos eran personas muy respetadas siendo una especie de médicos o sacerdotes.
La barbería y la aristocracia
En el siglo XIX las ciencias médicas tomaron su camino y permitieron a las barberías especializarse profesionalmente únicamente a lo que hoy se conoce con el término de estética.
Bajo este concepto se fundó en 1805 la barbería más antigua del mundo: Truefitt & Hill, en Londres, Inglaterra; siendo actualmente una marca de lujo que fabrica cremas de afeitar, aftershaves y fragancias para caballeros de clase alta.
Su reputación es tal que alguna vez tuvo licencia y autorización de la Corte Real para elaborar pelucas para el Rey Jorge III e históricamente ha recibido a celebridades como Charles Dickens, Oscar Wilde, Sir Winston Churchill y posteriormente a Frank Sinatra y el Príncipe Felipe de Edimburgo.
Aún cuenta con licencia Real para crear fragancias para la corte y hasta la fecha los londinenses pueden reservar e ir a disfrutar de sus servicios en su prestigiado salón (la limpieza de zapatos es cortesía de la casa).
Un oficio vigente en el Siglo XXI.
Además de su condición de lugar de reunión, la barbería también funciona como un microcosmos complejo y a menudo contradictorio de un mundo más amplio.
Es un refugio, un escape de las esposas y las persistentes preocupaciones del mundo. Es un entorno que puede reforzar egos y servir de apoyo, por excelencia el barbero o peluquero es un confidente y en quien se deposita la confianza del ego. Es un lugar creado de la donde los hombres pueden ser hombres. Es un lugar donde las subculturas arraigan su estilo se reflejan ante los demás. Es un lugar creado desde la vieja escuela pero que continúa vigente en la vida actual.
Corte, conversación y afeitado; no hay nada como un barbería hecha y derecha.
Si ya eres cliente de una barbería, te felicitamos; si no es así quizá ya es tiempo de que pruebes una tradicional barbería.
Fuente: www.buenosdiastodoslosdias.com.mx