Empecé como ayudante cuando apenas tenía 15 años en una peluquería de mi pueblo, Bueu. Cuando cumplí 17, decidí emprender mi propia aventura profesional, abriendo mi primera peluquería, en Beluso, una pequeña parroquia de Bueu. Siempre había soñado que algún día tendría mi propio negocio y aquí está, el sueño hecho realidad. Hace poco mas de un año decidí trasladarme al centro del pueblo, donde sigo creciendo día a día.

Old School Barber Shop, ya no es solo mi trabajo, sino mi pasión y mi estilo de vida. Soy feliz, disfruto cada día, creo mi propio estilo dando paso a mi imaginación y creatividad.

Con un estilo propio e innovador, siempre asesorando al cliente, mis servicios van desde un corte de pelo normal, pasando por degradados, degradados con navaja, afeitado, arreglo de barba, ritual afeitado (toalla caliente y toalla fría) y corte de pelo a niños (zona de recreo habilitada para ellos). Mi seña de identidad es la dedicación, el esfuerzo y la calidad final en el acabado de los trabajos.